La Recaída en el Alcohol: Causas y Soluciones

la recaída en el alcohol implica volver a beber

La recaída en el alcohol hace referencia al hecho de volver a beber tras un período de abstinencia. En sentido estricto, aparece durante o después del tratamiento de la dependencia al alcohol. Aunque también recibe este nombre cuando una persona está intentando dejar de beber y vuelve a consumir.

Cabe destacar que, volver a consumir alcohol es un proceso secuencial que suele involucrar una combinación de factores psicológicos y emocionales que progresan en el tiempo.

Gestionar emocionalmente esta situación requiere una gran autocompasión (desalojar la culpa, la vergüenza, etc.). De hecho, la recaída en el alcohol debe interpretarse como una señal para ajustar el tratamiento y no como un fracaso. Vamos a descubrir en qué consiste, cuáles son las causas desencadenantes y cómo debemos actuar cuando aparece.

Desencadenantes del consumo de alcohol

>Identificar los desencadenantes del consumo de alcohol, o factores de riesgo, resulta fundamental para prevenir las recaídas. Son todos aquellos estímulos que despiertan pensamientos y emociones relacionados con la bebida. Así pues, los factores de riesgo del consumo de alcohol incluyen lugares, personas y circunstancias. Por ejemplo, espacios donde se consume alcohol frecuentemente, las relaciones personales problemáticas o el estrés excesivo, están considerados desencadenantes del consumo de alcohol.

Mujer apenada frente a un vaso de alcohol
La soledad, el aburrimiento y las carencias afectivas favorecen el consumo de alcohol.

Los factores de riesgo del consumo de alcohol incluyen todas aquellas circunstancias que aumentan la probabilidad de beber. Por ejemplo, las celebraciones o la gestión inadecuada de estados emocionales como la soledad o el aburrimiento. Además, todas las situaciones que generan un estrés excesivo favorecen el consumo de alcohol. Por último, trastornos como la ansiedad o la depresión pueden favorecer el consumo de alcohol.

Cabe destacar que, todas estas circunstancias aparecen frecuentemente junto a una escasa capacidad de autocontrol, lo que se traduce en el aumento del riesgo de recaída. Así pues, los principales factores de riesgo de la reaparición del consumo de alcohol son:

  1. Relacionarse con personas que consumen con frecuencia (familiares, amigos, etc.)
  2. Frecuentar lugares donde está normalizado el consumo (bares, discotecas, etc.)
  3. Gestión inadecuada de circunstancias asociadas al consumo de alcohol (discusiones, celebraciones, etc.)
  4. Sufrir trastornos de salud mental (ansiedad, depresión, etc.)
  5. Generar un estrés excesivo (carga laboral, problemas familiares, etc.)

Recaída física y psicológica

El proceso de recaída en el alcohol a menudo comienza con la aparición de pensamientos, emociones y fantasías asociadas con la bebida, lo que se conoce como recaída psicológica. De esta forma, el estrés excesivo, las emociones no resueltas o determinados factores ambientales, pueden contribuir a la reaparición del consumo.

La recaída psicológica implica un aumento progresivo de las ganas de beber o craving. Además, cursa con la aparición de pensamientos positivos y engañosos relacionados con el consumo. Sin embargo, en esta etapa todavía no se ha producido el contacto con el alcohol. No obstante, estos razonamientos suelen desembocar en el consumo de alcohol, lo que recibe el nombre de recaída física. Realmente, esta situación se corresponde con la evolución del síndrome de abstinencia al alcohol.

Dicho esto, el consumo puntual no siempre equivale a una recaída. Algunos autores distinguen entre consumo puntual o caída, y la reaparición del patrón adictivo o recaída. Sin embargo, el consumo puntual de alcohol suele conducir habitualmente al consumo compulsivo en personas con dependencia.

Prevenir la recaída en el alcohol

El primer paso para prevenir la recaída en el alcohol es identificar los factores desencadenantes o situaciones de riesgo. Esto implica detectar todas las circunstancias que han provocado el consumo con anterioridad. De este modo, resulta fundamental la evitación de riesgos, desarrollar mecanismos de afrontamiento y mejorar las habilidades sociales. Además, estrategias de gestión del estrés y el craving resultan fundamentales para prevenir la reaparición del consumo de alcohol.

Los mecanismos de afrontamiento para evitar el consumo de alcohol y el aislamiento incluyen la participación en actividades sociales y deportivas. Del mismo modo, la atención plena o la meditación pueden ayudarte a controlar el craving y reducir la impulsividad. En este sentido, los ejercicios de respiración y las técnicas de relajación proporcionan un alivio inmediato del estrés excesivo.

Desarrollar salidas alternativas para las emociones, como escribir un diario, hablar con amigos o contactar con terapeutas de confianza, pueden reforzar tu estado emocional. Por lo tanto, crear una red de apoyo facilita el mantenimiento de la abstinencia al alcohol. De hecho, es recomendable asistir con frecuencia a grupos de autoyuda para evitar las recaídas, aunque no existan ganas de beber ni síntomas de dependencia.

Por último, la terapia cognitivo-conductual resulta muy eficaz para controlar las ganas de beber y evitar el consumo. En resumen, las principales herramientas para prevenir la recaída en el alcohol son:

  1. Terapia cognitivo-conductual
  2. Asistir a grupos de autoayuda
  3. Practicar ejercicio físico con regularidad
  4. Técnicas de meditación y control de impulsos
  5. Red de apoyo familiar, social y profesional

Entrada relacionada: cómo evitar las recaídas.

Abordaje de la recaída en el alcohol

Como comentábamos, la reaparición del consumo debe interpretarse como una señal para ajustar el tratamiento y no como un fracaso. Ante una recaída debemos regresar a terapia psicológica, asistir a grupos de apoyo y solicitar atención médica si fuese necesario. De este modo restableceremos la recuperación para consolidar la sobriedad. Descubre más información en la siguiente página: “¿La recaída en el consumo significa que el tratamiento ha fracasado?“.

El primer paso para abordar la recaída en el alcohol consiste en identificar las causas subyacentes, como la gestión inadecuada del estrés, los desencadenantes emocionales y carencias en los mecanismos de afrontamiento. La identificación de estos factores nos ayudará a optimizar el tratamiento. Recuerda que buscar apoyo profesional resulta fundamental para evitar que el consumo puntual evolucione a recaída.

Por último, cabe destacar que el abordaje de la recaída requiere gran autocompasión. Por ejemplo, los psicólogos especialistas en alcoholismo de Ivatad pueden ayudarte a gestionar el sentimiento de culpa, fracaso o vergüenza asociado a las recaídas. Te ayudaremos a renovar tu motivación para continuar la recuperación de manera satisfactoria. Si has sufrido una recaída en el alcohol, no lo pienses más: habla con tu médico o ponte en contacto con Ivatad.