Las terapias complementarias de adicciones incluyen diferentes técnicas destinadas a reforzar los resultados del tratamiento psicológico del alcoholismo, la drogadicción y la ludopatía. Por ejemplo, equinoterapia, arteterapia o meditación, entre otras. Algunas de estas técnicas gozan de un amplio apoyo por médicos y psicólogos especialistas en adicciones. Por esta razón, muchos centros de desintoxicación incorporan las terapias complementarias al tratamiento principal.

El entrenamiento intermitente hipóxico-hiperóxico (IHHT) es una técnica terapéutica no invasiva de fácil aplicación. Consiste en la exposición repetida a una mezcla de gases deficientes en oxígeno e intercaladas con períodos hiperóxicos del 30%-40% de oxígeno. Como consecuencia de los breves intervalos de hipoxia (10-12% de O2), aparece el estrés celular y una adapatación fisiológica beneficiosa.

Existen evidencias de que la terapia IHHT mejora las funciones cognitivas en personas con Alzheimer. También aumenta la tolerancia el ejercicio físico y mejora el rendimiento, por lo que muchos deportistas de alta competición incluyen esta técnica como parte de su preparación (anteriormente conocida como “entrenamiento en altura”). Por todas estas razones, los más prestigiosos centros de adicciones incorporan la terapia IHHT en su programa de rehabilitación.

EMDR significa “desensibilización y reprocesamiento por movimiento ocular”, un tipo de psicoterapia que se desarrolló en los años 80 y se usó principalmente como tratamiento para el trastorno del estrés postraumático en veteranos de guerra. Esta terapia combina conceptos clásicos de la terapia cognitivo-conductual (TCC) con nuevas técnicas.

Implica que el terapeuta mueva un dedo, o un objeto, de un lado a otro y haga que el paciente siga este patrón de izquierda a derecha con los ojos. Esto provoca en el cerebro lo que llamamos estimulación bilateral. De este modo queda más expuesto a las indicaciones que ofrece el terapeuta. La terapia EMDR se muestra particularmente efectiva para tratar el trauma subyacente en muchas de las personas afectadas por alcoholismo o adicciones.

El Neurofeedback (NFB) es una técnica no invasiva que permite autoregular la actividad cerebral. Consiste en medir y procesar dicha actividad mediante un electroencefalograma (EEG). A continuación se lleva a cabo una retroalimentación positiva en tiempo real a través de imágenes o sonidos. Usando este circuito de biofeedback el paciente obtiene un mayor control de los parámetros neurofisiológicos, y en consecuencia del comportamiento.

De hecho, NFB es una de las terapias avanzadas más utilizadas para el tratamiento de adicciones. A través del Neurofeedback conseguimos una mejora de las capacidades cognitivas, la creatividad y la relajación. En resumen, con el Neurofeedback enseñamos al cerebro a funcionar de manera saludable.

La estimulación magnética transcraneal (EMT) es una nueva terapia no invasiva que utiliza campos magnéticos oscilantes y repetidos para generar corrientes eléctricas en determinadas áreas del cerebro. Es una técnica terapéutica que ha avanzado mucho en los últimos años y está adquiriendo un tremendo auge entre la comunidad científica por los buenos resultados que es capaz de ofrecer. Desde el año 2008 la EMT intermitente está aprobada en EEUU para el tratamiento de la depresión mayor.

La EMT también es eficaz para el tratamiento de la migraña y posee autorización en Europa para el tratamiento del Alzheimer, el trastorno bipolar, el Parkinson o la esquizofrenia. En 2018 la estimulación magnética transcraneal profunda fue aprobada para el tratamiento del trastorno obsesivo compulsivo (TOC), y en 2020 lo ha sido también para el tratamiento del tabaquismo. De esta forma, Repetitive Transcranial Magnetic Stimulation (rTMS), pasa a ser una de las terapias avanzadas más novedosas para el tratamiento de adicciones.

La Restauración Bioquímica o Biorestauración es una estrategia terapéutica basada en la micronutrición, la medicina ortomolecular y la epigenética. Con la Restauración Biomolecular ® es posible restablecer el equilibrio bioquímico alterado como consecuencia de una adicción, el envejecimiento o el estrés. Básicamente, consiste en la prescripción de una suplementación mineral y vitamínica específica para cada persona.

En muchos centros VIP de tratamiento de adicciones se propone un análisis bioquímico preliminar para determinar qué cantidades exactas de aminoácidos, vitaminas, ácidos grasos o minerales necesita una persona para restaurar su equilibrio bioquímico. Esto puede formar parte de programas concretos denominados Terapias Probióticas o Psiconutrición.