El alcoholismo en personas mayores comparte características con la dependencia al alcohol en los adultos jóvenes. Sin embargo, existen consideraciones diferenciadoras que debemos tener en cuenta. En líneas generales, las personas mayores de 65 años son más vulnerables a los efectos del alcohol. Resulta importante conocer que la adicción al alcohol, a diferencia de otras adicciones, puede avanzar clínicamente en silencio durante décadas. Esto puede suponer un gran problema a la hora de abordar el alcoholismo en personas de edad avanzada, ya que la negación se convierte a menudo en una posición inamovible.
Características del consumo de alcohol en los mayores
Algunas personas sufren alcoholismo a una edad avanzada. Factores como la jubilación, la pérdida de seres queridos o el dolor crónico, desencadenan frecuentemente el consumo de alcohol en personas mayores de 65 años. Así pues, podríamos definir el alcoholismo en personas mayores como una enfermedad de aparición tardía.
Dicho esto, resulta fundamental que los profesionales, familiares y cuidadores de personas mayores sean conscientes de las siguientes particularidades:
- Síntomas cruzados: las personas mayores pueden presentar síntomas que no siempre se asocian al consumo de alcohol. Por ejemplo, problemas de memoria, caídas o cambios en la salud mental se atribuyen erróneamente al envejecimiento o a otras enfermedades.
- Comorbilidad: el alcoholismo empeora la diabetes, la hipertensión y otras patologías de las personas de edad avanzada.
- Interacciones farmacológicas: los mayores suelen tomar medicamentos para otras enfermedades. Debemos saber que el etanol puede interactuar con estos medicamentos, lo que reduce su eficacia o causa reacciones adversas.
- Deterioro cognitivo: el alcoholismo contribuye al deterioro cognitivo propio de las personas mayores, lo que provoca más problemas de memoria y dificultad para tomar decisiones.
- Aislamiento: el aislamiento social puede verse acentuado por la adicción al alcohol. Este puede provocar ausencia de interacción social, relaciones tensas con los familiares y soledad.
- Negación: las personas mayores pueden tener más dificultades para reconocer la adicción al alcohol debido a la vergüenza o el estigma asociado a esta enfermedad.
- Acceso limitado al tratamiento: los mayores tienen mayor dificultad para acceder al tratamiento (falta de transporte, limitaciones financieras o desconocimiento de los recursos disponibles).
- Mayor riesgo de daño: los mayores tienen mayor riesgo de sufrir daños, como caídas, fracturas y otras complicaciones. El alcohol agrava esta situación. También pueden ser más propensas a sufrir síntomas de abstinencia, que pueden ser graves y potencialmente mortales si no se tratan correctamente.
Epidemiología del alcoholismo en edad avanzada
En España se realiza un seguimiento específico del consumo de alcohol en las personas mayores de 64 años a través de la encuesta ESDAM. Los resultados de esta encuesta indican que las sustancias psicoactivas más consumidas por las personas de la tercera edad son habitualmente de curso legal (vino, cerveza, tabaco, hipnosedantes y analgésicos opioides).
Además, cabe destacar que el consumo de bebidas alcohólicas es más frecuente en los hombres y los hipnosedantes en las mujeres. Aproximadamente un tercio de las personas mayores consumen a diario estas sustancias. La sustancia más consumida a diario por personas de 65 a 74 años en España es el alcohol (y los hipnosedantes a partir de los 75 años).
Cabe destacar que el 1,2 por cien de las personas mayores de 65 años que refieren haber bebido alcohol en los últimos 12 meses presenta consumo de riesgo (≥8 puntos en hombres y ≥6 en mujeres en el cuestionario AUDIT). Esto implica que aproximadamente el uno por cien de la población de más de 65 años cumple con criterios diagnósticos de alcoholismo. Puedes realizar aquí el test de la adicción al alcohol (AUDIT).
Tratamiento del alcoholismo en personas mayores
El tratamiento del alcoholismo en personas mayores debe adaptarse a sus necesidades específicas. Debemos tener en cuenta su vulnerabilidad, estado de salud y los factores sociales. Estas son las principales pautas para el tratamiento de esta adicción en personas mayores:
- Evaluación integral: realizar una evaluación exhaustiva del consumo de alcohol, así como de su salud física y mental, los medicamentos que utiliza y su estructura familiar. Esta evaluación debe incluir la identificación de posibles síntomas de abstinencia al alcohol y otros efectos.
- Intervención conductual: las terapias conductuales son bastante efectivas para el tratamiento del alcoholismo en personas mayores.
- Apoyo social: alentar a los mayores a participar en actividades sociales y construir una red de apoyo. La soledad y el aislamiento pueden contribuir al consumo de alcohol en personas de edad avanzada.
- Participación familiar: intentar involucrar a los familiares en el tratamiento. Este apoyo puede resultar útil para lograr y mantener la abstinencia. Por ello resulta conveniente la adhesión del familiar a las terapias de apoyo a familiares.
- Psicoeducación: proporcionar información veraz sobre los efectos del alcohol en el envejecimiento y la vulnerabilidad relacionada con la edad.
- Entorno: asegurar que el entorno vital sea propicio para la recuperación.
- Seguimiento: proponer un plan de seguimiento para evaluar el progreso y prevenir las recaídas.
- Enfoque holístico: adoptar un enfoque holístico para el tratamiento, abordando las afecciones de salud mental concurrentes, como la depresión alcohólica o la ansiedad. Esto puede implicar la coordinación con servicios de salud mental en el plan de tratamiento.
- Atención continua: reconocer que la recuperación del alcoholismo es un proceso continuo. Las personas mayores pueden beneficiarse del apoyo a largo plazo como la terapia de grupo de Ivatad.
Conclusiones
Cada persona con alcoholismo es única. Por eso los planes de tratamiento deben individualizarse en función de las circunstancias y necesidades específicas de cada persona. Cabe destacar que la mayoría de personas mayores de 64 años declaran frecuentemente que beben alcohol porque creen que es saludable o forma parte de una alimentación equilibrada. Sin embargo, las autoridades sanitarias han establecido que cualquier consumo de alcohol lleva adherido un riesgo. Además, las personas de edad avanzada son más susceptibles a los efectos del alcohol, al igual que las mujeres o los menores de edad.
Una intervención coordinada que involucra a médicos de adicciones, profesionales de la salud mental y sistemas de apoyo, constituye el enfoque más eficaz para abordar el alcoholismo en personas mayores. Si usted, o un familiar suyo de edad avanzada, presenta problemas relacionados con el alcohol pongáse en contacto con Ivatad.
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