El alcohol en Navidad: riesgos para un adicto en fin de año

Una pareja festeja la Navidad brindando con alcohol

Las Navidades son días de celebración. La tradición implica hacer balance del año que termina, reunirnos con la familia o regalar presentes, entre otras cosas. Además, la Navidad conlleva la celebración de eventos en los que el alcohol está muy presente. De hecho, son perfectos aliados. Por todos estos motivos, las Navidades son fechas complicadas para quienes sufren alcoholismo u otras adicciones.

En Navidad, casi todo el mundo bebe alcohol como parte de la celebración. En Ivatad Valencia Adicciones sabemos que ocurre algo similar con drogas como la cocaína. De hecho, este efecto puede extenderse a todas las adicciones, incluida la ludopatía. Por ejemplo, el sorteo del “gordo de Navidad” que, debidamente promocionado, nos hace pensar que si no jugamos estamos fuera de onda.

Por estas y otras razones, la Navidades son fechas complicadas para los adictos. No solamente si tienes un problema de alcoholismo. Si padeces cualquier adicción, el consumo de alcohol hará que empeore tu situación. Vamos a hablar de los riesgos asociados al alcohol en Navidad y cómo identificarlos.

Beber alcohol en Navidad

Como decíamos, la Navidad no solamente es un problema para un alcohólico. También lo es para un ludópata o cualquier adicto. La Navidad y el alcohol son buenos amigos, pero también del juego, la cocaína o cualquier droga que modifique el comportamiento. En Navidad, beber alcohol está más permitido que nunca. Hasta los niños suelen tener su primer contacto con el alcohol en estas fechas (con permiso de sus padres). Del mismo modo, jugar a la lotería en Navidad resulta “casi obligado”. Y si usas cocaína en nochevieja, probablemente nadie te acusará de irresponsable. Son fechas en las que está normalizado beber, jugar o incluso drogarse.

Pasa desapercibido, pero lo cierto es que el alcohol forma parte de nuestra realidad más cotidiana. Por todos lados encontramos alcohol al alcance de la mano. En cafeterías, supermercados, gasolineras o incluso en los estancos. El alcohol para culminar un negocio, para acompañar nuestros platos favoritos o simplemente para pasar el rato. En las fechas navideñas todo esto se encuentra amplificado. Piense en la última imagen que recibimos por televisión para despedir el año con las tradicionales 12 uvas. Probablemente lo primero y último que hacemos cada año es beber alcohol.

Para un alcohólico, eventos como las 12 campanadas pueden suponer un compromiso. Brindar con agua o con refrescos puede ser una alternativa, pero según la situación. La sobriedad es un camino que se recorre día a día, con mucho esfuerzo y determinación. Durante varios años lo más prudente será evitar actos donde el alcohol esté presente. Y si no estás rehabilitado, nochevieja puede ser el trampolín perfecto para continuar empeorando. Resulta complicado encajar en una sociedad en la que si no bebes alcohol en Navidad eres poco menos que “raro”.

El alcohol y las relaciones sociales

Todos sabemos que el alcohol nos ayuda a socializar. Cierto, pero engañoso al mismo tiempo. Beber alcohol con moderación tiene un efecto desinhibidor que facilita las relaciones sociales. Cultural y socialmente crecemos con el alcohol a nuestro alrededor. Desde pequeños vemos a nuestros familiares disfrutar de la comida acompañada de un buen vino. De hecho, en Navidad suelen ofrecer a los más pequeños saborear un poco del cava con el que despiden el año nuestros padres o abuelos. Además, cuando vamos a comprar al supermercado nos tropezamos con enormes promociones de cerveza que resulta casi imposible rechazar. Pongamos el alcohol cerca de las cajas de pago, por si olvidaste comprarlo.

Cuando el alcohol ofrece su efecto desinhibidor y euforizante resulta casi imposible resistirse. De hecho, vemos a nuestro alrededor que “todo el mundo lo hace”. Aprendemos a gestionar el ocio con una copa en la mano ya que bajo los efectos del alcohol resulta más sencillo entablar conversación. Ineludiblemente, el alcohol es utilizado como socializador desde la adolescencia hasta la edad adulta. Sin embargo, no estamos preparados para el posible efecto patológico que puede provocar este mecanismo. En este sentido, entender el alcoholismo como algo que no eliges resulta imposible para la mayoría de las personas.

Todos empezamos bebiendo de la misma forma, sin tener demasiado en cuenta los trastornos que puede provocar el consumo de alcohol. Nos han enseñado que beber alcohol es lo normal, pero realmente es más saludable no consumir, ni siquiera con moderación.

Situaciones de riesgo para un alcohólico en Navidad

Para cualquier adicto la Navidad implica un riesgo. El componente social y celebratorio la convierten en una situación de riesgo en su totalidad. Vamos a describir las circunstancias más frecuentes de la Navidad que suponen un alto riesgo para las personas que sufren alcoholismo.

grupo de personas bebiendo alcohol en Navidad
Beber alcohol en Navidad está socialmente normalizado (Photo by krakenimages on Unsplash)

Navidad, Nochebuena y Nochevieja sin alcohol

Los días más señalados de la Navidad asistimos a comidas o cenas dónde el alcohol estará presente con seguridad. La familia se reúne con ánimo festivo olvidando en muchos casos el verdadero origen de las navidades. Si estás en rehabilitación, lo más prudente en tu primera Navidad será no asistir a estas comidas. O hacerlo si tienes la garantía de que no habrá alcohol en la mesa. Posteriormente puedes ir afrontando el estímulo que supone tener personas a tu alrededor consumiendo, o incluso ofreciéndote repetidamente un poco de alcohol. La última noche del año debes tener en cuenta que lo más habitual (además de las doce uvas) es despedir el año con una copa de alcohol.

En el mismo sentido, debes tener en cuenta que si tu intención es salir a zonas de ocio, restaurantes, discotecas o similares en estas fechas, evitar el alcohol es totalmente imposible. Salir en nochebuena o nochevieja sin beber es poco menos que desafiante para un alcohólico en sus primeros años de abstinencia. Corres el riesgo de volver a beber o de pasar un mal rato en el mejor de los casos.

Cestas de Navidad con alcohol

Uno de los imprevistos más habituales para los alcohólicos en Navidad tiene que ver con el entorno de trabajo. Aspectos como las famosas “cestas de Navidad” suelen coger desprevenidos a la mayoría de personas con dependencia al alcohol. Lo más frecuente es recibir un regalo a modo de reconocimiento laboral en forma de “cesta de Navidad” que posiblemente incluya bebidas alcohólicas. Jamón, patés, turrones, mazapanes y, por supuesto, una o dos botellas de vino. Cuidado con el impacto que esto puede provocar si no te lo esperabas. Cuando quieres darte cuenta llevas en tu mano aquello que tantos problemas puede ocasionarte. Lo más prudente en estos casos es no manipular directamente el alcohol y pedir a algún familiar que lo retire. Por cierto ¿sabías que existen cestas de navidad sin alcohol?

Lote navideño con dulces, galletas, quesos y vino
Las cestas o lotes de Navidad suelen incluir bebidas alcohólicas.

Comidas de empresa en Navidad

Las comidas o cenas de empresa son eventos celebrados tradicionalmente por muchas empresas a modo de reconocimiento por parte de los empresarios a sus trabajadores. En este tipo actos es muy frecuente el consumo de alcohol o incluso de drogas (aunque cueste de aceptar). Son eventos de alto riesgo para los alcohólicos. Por lo menos durante los primeros años en abstinencia. Algunas de estas cenas o comidas implican situaciones de riesgo para las personas con cualquier tipo de dependencia. Gente que ha bebido en exceso y la consiguiente alteración del comportamiento. De hecho, deberías evitar estas comidas o cenas si tienes problemas con el alcohol o con las drogas, por lo menos durante cierto tiempo. En caso de asistir te recomendamos que seas de los primeros en volver a casa. Las sobremesas en este tipo de eventos giran en torno al alcohol con total seguridad.

una comida de empresa en Navidad consumiendo alcohol
En las comidas de empresa en Navidad es frecuente el consumo de alcohol.

Sorteo de lotería de Navidad

Si tu problema es el alcohol habrás observado que, en Navidad, las personas que juegan a la lotería y resultan agraciadas suelen celebrarlo bebiendo. Es como algo instintivo, socialmente aprendido. Si me toca la lotería, la expresamos nuestra alegría descorchando una botella de champán. No pretendemos decir las personas con alcoholismo no deban jugar a la lotería. Cada cual que decida qué espera conseguir y de qué forma. Simplemente os invitamos a identificar las situaciones en las que el alcohol se convierte en protagonista.

Recordemos que la Navidad promueve tanto el consumo de alcohol como la conducta de juego. Por ejemplo, el sorteo de lotería de Navidad (“el Gordo”) reparte suculentos premios en estas fechas. Si conoces a alguien con ludopatía sabrás que la presión mediática sobre el juego es mucho más alta en estas fechas. Además, las personas en tratamiento para la ludopatía saben que bajo los efectos del alcohol la determinación de vivir sin jugar puede debilitarse. Por lo tanto, si tienes problemas con el juego, debes ser consciente del riesgo que implican las fiestas navideñas.

Cesta de la compra y alcohol en Navidad

La presión comercial y publicitaria a la que nos somete la industria alcoholera en Navidad es ciertamente elevada. Es popularmente conocido el anuncio de una marca de cava expresamente realizado para Navidad. O cualquier folleto del supermercado ofreciendo en primera página el turrón, el marisco, el cordero y por supuesto, el alcohol. Cuando decidas hacer la compra en estas navidades debes saber que la asociación entre determinados alimentos y el alcohol es muy alta: el marisco, el queso o el jamón, por citar algunos ejemplos, pueden evocar el consumo de alcohol en tu mente, o en tu mesa. La publicidad se encarga del resto.

Promoción de descuento en la venta de licores
Las promociones de bebidas alcohólicas en los supermercados son frecuentes en Navidad.

Cuando vamos al supermercado en Navidad (o incluso haciendo la compra por internet) recibimos una gran cantidad de estímulos relacionados con el alcohol. Promociones “tres por dos”, descuentos o incluso degustaciones gratuitas ofrecidas por amables empleados. A título informativo recordamos que en 2022 los españoles gastamos 1388 millones de euros en cerveza y 400 millones de euros en bebidas de alta graduación.