La ketamina es un anestésico ampliamente utilizado en medicina. Al igual que la psilocibina, el MDMA o el LSD, esta sustancia pertenece a las denominadas drogas psicodélicas o alucinógenas, por lo que también se usa con fines recreativos. Este fármaco muestra gran eficacia para el tratamiento de la depresión, pero requiere de una estricta supervisión médica.
A excepción de la ketamina, la fabricación, distribución o comercialización de otras drogas psicodélicas es ilegal en todo el mundo; con las excepciones que veremos más abajo. Sin embargo, existe una tendencia mundial aperturista en torno al potencial terapéutico de la ketamina. Vamos a describir las indicaciones médicas de la ketamina y los riesgos que implica utilizarla de forma recreativa.
El uso médico de la ketamina
La ketamina fue sintetizada en 1962 en busca de un agente anestésico con menos efectos alucinógenos que el PCP (fenciclidina). Desde entonces, se ha utilizado ampliamente en medicina debido a su eficacia, tanto en medicina veterinaria como en humanos. De hecho, la ketamina está incluida en la lista de medicamentos esenciales de la OMS desde 1984 (página en inglés).
En España existen dos indicaciones médicas aprobadas para la ketamina: como anestésico y como antidepresivo. Como veremos a continuación, la ketamina puede provocar adicción, por lo que resulta totalmente necesaria la prescripción y supervisión médica. Además, el uso médico de ketamina es exclusivamente hospitalario y está sujeto al control de sustancias psicotrópicas.
Ketamina y anestesia
Como comentábamos, la ketamina se utiliza en medicina como agente anestésico. Suele utilizarse junto a otros anestésicos en intervenciones quirúrgicas que no requieren relajación muscular (por ejemplo, junto al óxido nitroso o gas de la risa).

En España, únicamente podemos encontrar un medicamento con ketamina (Ketolar ®). Se presenta en forma de inyectable y es de uso estrictamente hospitalario. Además, está sujeto al control de fármacos psicótropos. Estas son sus indicaciones:
- Intervenciones de cateterización cardíaca.
- Sigmoidoscopia e intervenciones rectales menores.
- Intervenciones neurodiagnósticas, como mielogramas y punción lumbar.
- Intervenciones diagnósticas y quirúrgicas a nivel ocular, auricular, nasal y bucal.
- Desbridamiento e injertos de piel en pacientes quemados.
- Intervenciones ortopédicas.
Ketamina y depresión
La ketamina ha mostrado una alta eficacia para el tratamiento de la depresión mayor resistente a otros tratamientos. Desde el año 2020 existe un fármaco autorizado en España con esta indicación (Spravato ®). Se trata de un medicamento sujeto a prescripción médica y control de psicótropos que se presenta en forma de spray nasal. Su principio activo es la esketamina, un derivado de la ketamina.
Como comentábamos, la principal indicación es el tratamiento de la depresión mayor en adultos que no responden al tratamiento con antidepresivos orales (ISRS). Aunque de gran eficacia, el tratamiento con Spravato ® debe ser a corto plazo. Es decir, para la reducción rápida de los síntomas depresivos graves.
Efectos y uso recreativo de la ketamina
Independientemente de su eficacia terapéutica, tanto el uso médico como el uso recreativo de esta droga pueden provocar importantes efectos adversos. La “keta” o “special k” es una droga muy relacionada con entornos festivos (festivales de música, discotecas, etc.) y que se distribuye habitualmente en forma líquida o polvo.
Los consumidores de keta buscan principalmente sus efectos alucinógenos y disociativos; aunque en ocasiones también buscan el efecto antidepresivo. La ketamina es una droga de acción rápida (aproximadamente 10 minutos) y su efecto suele durar varias horas. A pesar de la percepción que existe de ser poco peligrosa, la ketamina es una sustancia muy potente que puede llegar a provocar la muerte.
El efecto alucinógeno de la ketamina ofrece un estado de confusión y bienestar que cursa con ilusiones ópticas y auditivas muy características. Por otro lado, el efecto disociativo de la ketamina implica un estado de despersonalización corporal y emocional importante. En ocasiones puede provocar la denominada “experiencia cercana a la muerte”. Descubre información detallada en este estudio de investigación (en inglés) “Semiology and Mechanisms of Near-Death Experiences“. Algunas personas buscan el efecto disociativo, denominado “k-hole”, que puede conllevar importantes riesgos para la salud.

Recientemente hemos conocido que algunos personajes famosos utilizan ketamina con fines recreativos. O con fines terapéuticos, pero sin supervisión médica. Debemos ser prudentes al interpretar estas noticias pues contribuyen a una visión sesgada y peligrosa sobre el consumo recreativo de las drogas psicodélicas.
Las terapias psicodélicas
Las terapias psicodélicas hacen referencia a tratamientos que utilizan alucinógenos disociativos (psilocibina y MDMA principalmente) pero que todavían no están autorizados en la mayor parte del mundo. Cabe destacar que, a excepción de la ketamina, los psicodélicos son drogas ilegales. En muchos países la legislación para las terapias psicodélicas está cambiando, al igual que ocurrió con el cannabis medicinal. Muchas de estas drogas podrían resultar eficaces para el tratamiento de ciertas dolencias, pero al mismo tiempo son utilizadas de forma recreativa.
Existe cierta controversia y un debate abierto en la comunidad científica al respecto del uso de psicodélicos con fines medicinales. De hecho, algunas de estas sustancias figuran entre las drogas adictivas menos perjudiciales.
Por ejemplo, en Colorado y Oregón (EE.UU) ya está regulado el uso de psilocibina con fines medicinales. Igualmente, desde el 1 de julio de 2023, los médicos psiquiatras australianos pueden prescribir psilocibina o MDMA.
Recientemente, el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas estadounidense (NIDA) ha emitido un comunicado mostrando su apoyo a las terapias psicodélicas (en inglés) con determinados fines. En este caso se trata de ensayos clínicos con ketamina y psilocibina para el tratamiento del tabaquismo. Todo hace pensar que estamos frente a importantes cambios respecto a las terapias psicodélicas. No obstante, Estados Unidos está evaluando el impacto en la salud pública de las políticas aperturistas respecto a las terapias psicodélicas.
La adicción a la ketamina
La adicción a la ketamina está caracterizada, principalmente, por la aparición de dependencia física y/o psicológica al consumo de esta sustancia. Además, tanto el uso médico como recreativo pueden provocar otros efectos adversos y tolerancia (necesidad de mayores dosis para alcanzar el mismo efecto). En determinadas ocasiones, la interrupción del consumo de ketamina desencadena síndrome de abstinencia (antojo por la droga, ansiedad, temblores, sudoración y palpitaciones). En resumen, estos son los principales signos de la dependencia a la ketamina:
- Dependencia física y/o psicológica
- Tolerancia
- Síndrome de abstinencia
- Otro efectos adversos
Por consiguiente, está absolutamente desaconsejado el uso recreativo de la ketamina. Ya en el ámbito terapéutico, este medicamento debe ser prescrito por personal médico y utilizado con precaución. Por último, debemos tener en cuenta que las personas con antecedentes de alcoholismo u otras adicciones corren mayor riesgo de desarrollar adicción a la ketamina. Para más información, contacte con la clínica Ivatad.