Hoy hablaremos de la adicción a las redes sociales. Las redes sociales (RRSS) son espacios digitales de mensajería e interacción personal. Por ejemplo, las aplicaciones que permiten compartir imágenes o videos como YouTube, TikTok o Instagram. Estas aplicaciones se han convertido actualmente en la forma más habitual para comunicarnos. Sin embargo, el uso frecuente de las redes sociales puede provocar una modificación perjudicial del comportamiento de forma similar a otras adicciones.
Qué es la adicción a las redes sociales
La adicción a redes sociales consiste en el uso excesivo, persistente y perjudicial de espacios virtuales de interacción personal. Es decir, la adicción a las RRSS va íntimamente ligada al uso exponencial de Instagram, WhatsApp, Facebook y aplicaciones similares. Podríamos considerar la adicción a las redes sociales como una variante de la adicción a internet o la adicción al teléfono móvil.

Entendemos por adicción a redes sociales al uso excesivo, persistente y perjudicial de aplicaciones y espacios virtuales de interacción digital.
¿Por qué desarrollamos adicción a las redes sociales?
Las redes sociales o RRSS han aparecido como modelos de negocio muy rentables. Está claro que no se puede generalizar, pero Instagram, Facebook o WhatsApp, son empresas muy valiosas porque manejan una gran cantidad de información personal de sus usuarios (Big Data), algo muy codiciado entre los gigantes tecnológicos.
Las plataformas digitales han modificado los hábitos de consumo de los ciudadanos. Pero también han transformado los medios de comunicación, la gestión del ocio e incluso el trabajo o la docencia. Esto implica un uso cada vez más frecuente de las redes sociales.
Precisamente, en el uso prematuro, reiterado o excesivo de las tecnologías surge la adicción a las redes sociales. Al igual que otras adicciones, se expresa fundamentalmente mediante la modificación de la conducta. Además, afecta tanto al propio usuario como a su entorno más cercano (principalmente la familia o la pareja).
Cabe destacar que las RRSS implican la creación de un mundo virtual al amparo del anonimato. En este sentido, uno de los rasgos más frecuentes de los adictos a las redes sociales es su baja autoestima, lo que les convierte en personas más vulnerables a los efectos gratificantes o evasivos de las mismas.
En conclusión, debemos acostumbrarnos a la presencia cada vez mayor de estas tecnologías. Sin embargo, debemos aprender a utilizar las redes sociales de forma saludable. Las RRSS por sí mismas no son ni buenas ni malas; seguramente son tremendamente prácticas. No obstante, dependerá de cómo las utilicemos para evitar las consecuencias perjudiciales.
Factores subyacentes de la adicción al móvil
En un reciente estudio sobre el uso del teléfono móvil se ha demostrado que “es poco probable que la adicción a los teléfonos móviles esté relacionada con las notificaciones de los dispositivos. No obstante, la revisión frecuente del teléfono parece ser más problemática que las propias redes sociales. Revisar el móvil con frecuencia se ha convertido en una necesidad de interactuar con el teléfono y aparece de manera automática y compulsiva. Tal y como un fumador enciende un cigarrillo”. Es lo más parecido a la adicción a las drogas o el alcoholismo.
Es decir, son mecanismos en los que el sistema nervioso central aprende la conducta y posteriormente la almacena con carácter permanente. No olvidemos que, en un primer momento, estos mecanismos han resultado altamente gratificantes y por eso se repiten. Por ejemplo, esto es lo que ocurre con la adicción a Instagram.
Cómo detectar la adicción al móvil
La adicción a las redes sociales puede identificarse a través de su sintomatología. Veamos cuales son los principales síntomas de la adicción a las redes sociales:
- Pérdida de control. Episodios de uso compulsivo que implican una gran inversión de tiempo y energía. Existe alarma si se destinan más de 8 horas para interactuar en redes sociales, siempre que no sea como parte del estudio o del trabajo.
- Vista cansada. Además, persiste el uso de las redes sociales a pesar del daño.
- Memoria eufórica. Es un factor importante en las recaídas y facilita el autoengaño característico de la adicción a las redes sociales. Es un recuerdo positivo pero distorsionado del efecto inicial.
- Negación o autoengaño. Este es un rasgo propio de todas las dependencias.
- Obsesión. Aparece una preocupación excesiva y persistente respecto a quiénes están conectados o qué temas son lo ¡s más populares en la red.
- Congelamiento emocional. Surge frente a la evidencia del uso inadecuado de las redes sociales.
- Deterioro de la calidad de vida. Se produce la postergación de tareas elementales, falta de atención a la familia, disminución de la vida social, etc. Los afectados priorizan el uso de las redes sociales sobre temas importantes como los problemas laborales, dormir, comer o estudiar.
Tratamiento de la adicción a las redes sociales
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