El Chemsex es una práctica conocida en Valencia desde hace tiempo. Hace referencia al uso intencionado de diferentes drogas con el ánimo de facilitar las relaciones sexuales y/o hacerlas más duraderas. Es particularmente frecuente en parte del colectivo LGBT. Se da fundamentalmente entre hombres que tienen sexo con hombres (HSH), homosexuales o bisexuales. Se puede hacer Chemsex solo, en pareja, o en grupo con varias personas.
Chemsex no es tomar drogas durante la práctica del sexo; es mucho más que eso. Para algunas personas en Valencia, Chemsex se ha convertido (sobre todo) en una forma de relacionarse. Con el Chemsex (como con todo lo que tiene que ver con las drogas) la sociedad se despista fácilmente. Es relativamente sencillo entender este fenómeno como ‘unas cuantas personas con ganas de drogarse, a las que les da por tener sexo’. Tanto por su origen, sus implicaciones, como las particularidades que rodean su práctica, Chemsex se ha convertido en un fenómeno social, cultural y sanitario. Hablamos aquí de la situación actual del Chemsex en Valencia y sus implicaciones para la salud mental de quienes lo practican.
Qué es el Chemsex
El origen del Chemsex en Valencia como fenómeno emergente data en torno al año 2014. Probablemente como una evolución natural de las llamadas ‘Drug-partys’ y las ‘Club Drugs’, muy en boga en la década de los 70 y los 80. Podríamos definir el Chemsex como el uso recreativo e intencionado de diferentes drogas con el ánimo de favorecer o prolongar las relaciones sexuales. En otras partes del mundo (EEUU y Australia) el Chemsex recibe el nombre de ‘Party and Play’ (PnP) o ‘High and Horney’ (HnH).
El Chemsex consiste en el uso recreativo e intencionado de diferentes drogas con el ánimo de favorecer o prolongar las relaciones sexuales.
El Chemsex suele llevarse a cabo fundamentalmente en grupos de varias personas. Su duración es indeterminada, desde algunas horas a varios días consecutivos. Aunque el Chemsex siempre ha estado vinculado a espacios del entorno homosexual (clubs nocturnos, discotecas, saunas, etc.), donde más se practica es en domicilios particulares. Más adelante hablaremos de los aspectos sociales, psicológicos y emocionales en los que probablemente se arraiga la práctica del Chemsex.
Las drogas más utilizadas en el Chemsex
Las drogas utilizadas durante la práctica del Chemsex son bastante diversas. Por lo general, son sustancias psicoactivas con propiedades estimulantes y fuertes desinhibidores de la conducta sexual principalmente. Las drogas más utilizadas en la práctica del Chemsex son:
- alcohol
- poppers
- cocaína
- Alfa – PVP
- GHB
- mefedrona
- ketamina
- mdma
- cocaína rosa (2C-B)
- metanfetamina
También es frecuente el uso de medicamentos utilizados para la disfunción eréctil como la Viagra ® (sildenafilo). Por otro lado, hay que tener en cuenta que suelen consumirse varias de estas drogas simultáneamente. Por ello, y debido a un efecto sinérgico, el potencial desinhibidor respecto de la conducta sexual es muy elevado. La vía de administración, entendida como variable, es muy diversa respecto al tipo de droga consumida. Esto se toma en consideración porque la vía intravenosa (‘Slamming’) aparece con frecuencia en la práctica del Chemsex y representa un aumento de las posibles complicaciones.
Situación del Chemsex en Valencia
La prevalencia de Chemsex es difícil de evaluar por dos razones. En primer lugar, porque Chemsex es un fenómeno dinámico y cambiante. En segundo lugar, porque pocas personas que lo practican están dispuestas a reconocerlo.
Los países más prevalentes de chemsex en Europa son Holanda y Bélgica; seguidos por Irlanda, Reino Unido, Francia y España. Contamos con estudios recientes acerca del chemsex en Valencia y la Comunidad Valenciana. Y también disponemos de los resultados de un estudio a nivel nacional (Homosalud 2021) que ofrece datos muy relevantes.
Podemos decir que el Chemsex es más frecuente en las grandes ciudades. En España se detecta principalmente en Madrid y Barcelona y en menor proporción en Valencia. El Chemsex es más frecuente en zonas de alta afluencia turística gay (Sitges, Torremolinos, Ibiza y otras) y suele estar asociado a eventos LGBT como el Orgullo o el reciente WorldPride 2023 en Sydney.
- Más frecuente en grandes ciudades (Madrid, Barcelona y Valencia fundamentalmente)
- En zonas turísticas (Sitges, Ibiza, Torremolinos, etc.)
- Relativamente asociado a eventos LGBT (Orgullo, WorldPride y otros)
- Principalmente en domicilios particulares
El 35 por cien de los hombres que tienen sexo con otros hombres ha usado drogas en sus relaciones sexuales durante el último año. De ellos, aproximadamente el 10 por cien las ha usado con la intención de que el sexo sea más prolongado. Es decir, 1 de cada 10 de ellos ha practicado Chemsex en el último año. El perfil más frecuente del usuario de Chemsex en Valencia es el de un hombre de mediana edad (35-40 años) que se define a sí mismo como homosexual y sin pareja estable, de posición social media, con trabajo y estudios superiores.
Puedes realizar aquí el Test de adicción al sexo.
Las aplicaciones de contactos en el Chemsex
La práctica del Chemsex supone el encuentro de varias personas con el fin de llevar a cabo relaciones sexuales. La aparición de distintas aplicaciones móviles de contactos con geolocalización supuso la creación de aplicaciones orientadas específicamente al público gay, bisexual o transgénero. Grindr, MachoBB, Bakala, Scruff y Wapo son algunos ejemplos. La manera más frecuente para unirte u ofrecer Chemsex en Valencia es a través de aplicaciones de contactos orientadas al colectivo LGBT. Los usuarios utilizan un argot particular (a modo de código) tanto gramatical como a través de emoticonos; una especie de lenguaje interno. En estas aplicaciones de contactos se utilizan expresiones como ‘vicio, chill, chems, chuches o dulces’ para referirse al chemsex o a las drogas que se utilizan. Algunos de los emoticonos más utilizados en estas aplicaciones y relacionados con el chemsex son de este tipo:
Cabe destacar que la expansión de internet ha facilitado la posibilidad de eludir aspectos marginales muy asociados históricamente (la homosexualidad, la drogadicción o el simple consumo de drogas). Son conceptos estigmatizados y de una gran connotación negativa a nivel social. Quizás por esto, la vía predominante para llevar a cabo el Chemsex sea a través de estas aplicaciones. Las redes sociales permiten eludir la exposición social al amparo de un cierto anonimato.
Implicaciones del uso conjunto de drogas y sexo en el Chemsex
Fundamentalmente, el uso simultáneo de estas drogas, utilizadas con la finalidad sexual descrita y de forma muy concreta, va a provocar en mayor o menor medida cierta afectación. Tanto en un plano físico, como ciertamente en el plano psicológico o emocional. De hecho, tanto en materia de salud mental, como en materia de trastornos por uso de sustancias, el Chemsex puede generar graves complicaciones.
Respecto de la salud mental, uno de los puntos más llamativos es un marcado aumento en la tasa de suicidios. Respecto al uso de las drogas es irrefutable que en la medida en que estas personas se exponen repetidamente al consumo, las probabilidades de padecer dependencia también aumentan.
Que las drogas utilizadas en el Chemsex son sustancias altamente tóxicas y crean adicción se sabe desde hace bastante tiempo. Con esto no queremos decir que todo aquel que practica Chemsex desarrolla adicción o problemas de salud mental. Sino que las personas que practican Chemsex tienen mayor probabilidad de padecer determinados trastornos. Por ejemplo, el riesgo de padecer adicciones entre quienes practican Chemsex es casi el doble que en la población general.
Por último, existen estudios basados en la evidencia que avalan la tesis del Chemsex como factor de riesgo respecto del contagio por VIH o la hepatitis C. De forma similar ocurre con otras enfermedades de transmisión sexual (ETS).
El Chemsex en Valencia y la salud mental
Como decíamos anteriormente, el Chemsex tiene un origen multifactorial y complejo. El Chemsex podría utilizarse principalmente como un mecanismo de afrontamiento contra emociones angustiantes, como la ansiedad, la soledad, el aburrimiento o los sentimientos de rechazo, entre otros. Al mismo tiempo, esta práctica podría utilizarse para aumentar la autoestima, la cercanía emocional y los sentimientos de atractivo cuando los practicantes de Chemsex luchan con problemas sexuales. El hecho de que la prevalencia de personas afectadas por VIH sea tan elevada entre las personas que practican Chemsex podría tener mucho que ver con estos factores. Personas que social, laboral o incluso familiarmente, han sido rechazadas o discriminadas a causa del sida. Mira el video ‘Chemsex en Valencia – Algo más que Sexo y Drogas’:
Las implicaciones de la práctica del chemsex en la salud mental de los usuarios puede ser muy diversa. Cuando el uso es puntual o esporádico pueden no manifestar síntomas clínicamente apreciables. De hecho, el Chemsex no debe ser entendido como un ente patológico por sí mismo. No existe la adicción al Chemsex. Sin embargo es necesario resaltar que la práctica frecuente de chemsex puede ocasionar complicaciones que van desde cuadros de ansiedad, psicosis o depresión, hasta cuadros severos como el suicidio. La ideación suicida entre las personas que practican Chemsex es más elevada que entre la población general. También es necesario resaltar que es más probable adquirir hepatitis C, VIH o diferentes enfermedades de transmisión sexual (como sífilis o gonorrea) practicando el Chemsex.
Por último, resaltar que la práctica frecuente de chemsex podría actuar como catalizador de patologías previas con trasfondo psiquiátrico. Es decir, cuando existe una predisposición a padecer estas patologías (como por ejemplo la esquizofrenia) es más fácil desarrollarlas de forma prematura practicando Chemsex.
El Chemsex en Valencia y las adicciones
Obviamente, la práctica frecuente de Chemsex supone un contacto reiterado con sustancias psicoactivas muy potentes y neurotóxicas. En la medida en que practicando Chemsex se repite el contacto con las drogas, es más probable padecer un consumo problemático de sustancias y por extensión diferentes adicciones. No quiere decir que exista una relación causa-efecto directamente asignada. Quiere decir que cuanto más te expones a las drogas es más probable desarrollar adicción; en este y en cualquier otro ámbito. Del mismo modo, el riesgo de sobredosis es mucho más alto cuando se practica Chemsex.
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La aparición de adicciones depende varios factores; principalmente genéticos, psicológicos y de medio ambiente. El Chemsex implica que la variable ‘medio ambiente’ suponga un factor de riesgo para padecer adicciones. Y también intervienen los rasgos psicológicos. Las adicciones están estrechamente relacionadas con la afectación de la salud mental y probablemente estén interconectadas. Lo que sabemos hoy en día es que la prevalencia de la adicción a las drogas entre usuarios de Chemsex (principalmente personas LGBT) es aproximadamente dos veces mayor que en la población general.
Si vamos un poco más allá resulta inevitable pensar que además de la adicción a las drogas se establezca de forma paralela una desadaptación de la conducta sexual (adicciones sexuales). Es decir, resulta más probable ser adicto al sexo si prácticas Chemsex. Sin embargo tenemos que resaltar que no existe consenso a la hora de denominar la conducta sexual compulsiva. En los manuales diagnósticos a esta distorsión del comportamiento sexual se le denomina hipersexualidad, pero todos le denominamos adicción al sexo.
Atención específica a personas que practican Chemsex
Desde diferentes plataformas y asociaciones no gubernamentales se brinda información y atención específica a personas relacionadas con el Chemsex. Diferentes instancias gubernamentales, a través del Ministerio de Sanidad o de las consejerías de salud de las distintas comunidades autónomas, también llevan a cabo políticas destinadas a mejorar la atención del colectivo LGBTQ y sus necesidades. Desde el año 1987, con la aprobación del Plan Nacional sobre el Sida, se ha ido ampliando la cobertura y especialización de los diferentes recursos de cara a mejorar la prevención y la atención, tanto de la transmisión del VIH como de la hepatitis C y otras enfermedades. Como parte de esta actuación gubernamental, la atención relacionada con el Chemsex ha ido evolucionando bastante desde el año 2018.
La formación específica del personal sanitario (médicos, psicólogos y demás personal) parece fundamental de cara a mejorar y optimizar los recursos asistenciales. Necesitamos centros especializados de adicciones para tratar a personas afectadas por Chemsex. Muchas de las personas LGTB afectadas por VIH, o con problemas de drogas, han sufrido rechazo y falta de comprensión por parte de los profesionales sanitarios. Esto ha llevado en muchos casos a perpetuar el oscurantismo y agravar la situación de estas personas.
Reflexiones acerca del Chemsex
Chemsex supone una forma de conducta sexual ‘sin compromiso’. Es decir, a priori no es afectivamente vinculante. Lo cual es muy diferente a lo que denominamos ‘sumisión química’. Este debería ser siempre el punto de partida. Existe cierta controversia en lo que respecta a la voluntariedad. Hablamos de las implicaciones que puede tener la gran desinhibición sexual que provocan las drogas cuando se practica Chemsex. El consentimiento debe formar parte de cualquier práctica sexual en base a los principios básicos de integridad. Pero también debemos tener en cuenta el verdadero potencial de las sustancias psicoactivas y que precisamente lo son por su alta capacidad de modificar el comportamiento. Esto puede derivar con facilidad en situaciones complicadas.
Por estas razones podríamos decir que el Chemsex es una práctica arriesgada ya que con frecuencia se llevan a cabo relaciones sexuales sin protección. Además, también es relativamente frecuente encontrar a personas afectadas por VIH entre los participantes.
Tanto por el propio consumo de drogas como por las consecuencias que tiene la desinhibición sexual, se debe considerar al Chemsex como una práctica de riesgo.
Pero también el Chemsex acaba teniendo indefectiblemente cierta repercusión sobre la salud pública. Aunque tal vez la reflexión más exacta sea que el Chemsex se encuentra, todavía, en una fase incipiente de estudio.