Estrés y consumo de drogas

Una mujer agobiada en la oficina. El estrés excesivo puede conducir al consumo de alcohol o drogas.

El estrés y el consumo de drogas están íntimamente relacionados. Estamos acostumbrados a utilizar el alcohol o las drogas como forma habitual de relajarnos o divertirnos. Habitualmente pensamos que tomar una cerveza o fumar un porro al salir de trabajar nos ayudará a desestresarnos. Esto es engañosamente cierto, ya que por ejemplo, el alcohol es una droga depresora y a priori ofrece una sensación relajante que permite conseguirlo.

Sin embargo, lo cierto es que consumir drogas o beber alcohol es la forma menos saludable de reducir el estrés. De hecho, el estrés excesivo es un factor de riesgo para el desarrollo del alcoholismo o la drogadicción, entre otras enfermedades.

En este sentido, la gestión emocional de circunstancias complicadas (el divorcio, la pérdida de un familiar o un examen), causa estrés psicológico y malestar que pueden llevarnos al consumo de drogas o, en el peor de los casos, a desarrollar conductas adictivas. Por esta razón, lo más conveniente es aprender a relajarnos mediante actividades saludables como la lectura, la meditación o el deporte.

El estrés antes del consumo de drogas

En el centro de desintoxicación Ivatad ofrecemos tratamiento psicológico del estrés como parte del tratamiento de la adicción al alcohol o las drogas. El estrés es una reacción física y psicológica a las diferentes circunstancias que nos rodean propia del cuerpo humano. En un primer momento el estrés no está relacionado con el consumo de drogas sino que el cuerpo lo disminuye de forma espontánea.

Sentimos estrés ante situaciones nuevas, impredecibles o aquellas que percibimos como amenazantes. El estrés aparece cuando existe un desequilibrio entre lo que sentimos y los recursos que tenemos para afrontarlas. Por ejemplo, experimentamos estrés en épocas de cambio independientemente de que conlleven consecuencias positivas o negativas: un examen, una mudanza, un divorcio o una carga laboral excesiva. A estos factores se les denominan estresores y ponen en marcha diferentes respuestas bioquímicas que determinan la vivencia física y psicológica del estrés:

  1. Fase de alarma: detectamos una amenaza y aparecen síntomas de activación y atención.
  2. Fase de resistencia: comienza el proceso de adaptación del organismo y continúa la fase de activación anterior.
  3. Fase de agotamiento: prolongación en el tiempo de la fase de resistencia. El cuerpo empieza a agotar sus recursos de afrontamiento (estrés excesivo).

Drogas, estrés y adicción

Como comentábamos, divertirnos o reducir el estrés a través del alcohol o el consumo de drogas aumenta la probabilidad de desarrollar una adicción. Todos conocemos la expresión ‘bebo para desconectar’ o ‘la marihuana me relaja’. Si nos fijamos bien, el estrés, la ansiedad o la soledad, encajan perfectamente con el consumo de drogas porque emocionalmente son situaciones que se viven como dolorosas o desagradables. El cannabis, la cocaína o el alcohol ofrecen un efecto inicial euforizante muy potente que resulta francamente disuasorio para compensar el dolor emocional.

Grupo de jóvenes bebiendo y consumiendo drogas para reducir el estrés y divertirse.
La diversión, el consumo de drogas y el estrés están fuertemente relacionados.

Alcohol para evadirte, cocaína para desconectar o marihuana y benzodiacepinas para eliminar el estrés. Todos ellos son mecanismos de gestión del estrés claramente perjudiciales. De hecho, si atravesamos un periodo de estrés elevado, recurrir al consumo de drogas puede provocarnos una adicción sin ser conscientes de ello. El cuerpo adopta la respuesta del consumo de drogas como preferente y se adapta bioquímicamente a la misma. Empieza la adicción.

El estrés como factor de riesgo

El estrés es un factor de riesgo para las adicciones (1) ya que puede influir en el desarrollo de estas patologías. Por ejemplo, gestionar inadecuadamente sentimientos desagradables genera un estrés que puede llevarnos a mitigar el malestar a través del consumo de drogas. Es decir, si sentimos la necesidad de reducir el estrés, cambiar nuestro estado de ánimo o alterar nuestras emociones (ansiedad, soledad, depresión), es probable que haciéndolo a través del alcohol o las drogas desarrollemos adicción. Resulta mucho más apropiado encontrar en la lectura o el deporte la solución a un estrés excesivo.

Una mujer leyendo tranquilamente un libro para reducir su estrés
La lectura es una de las mejores formas de gestionar el estrés.

(1) Cadet, J.L. Epigenetics of Stress, Addiction and Resilience: Therapeutic Implications. Mol Neurobiol 53, 545–560 (2016).

El manejo del estrés en el tratamiento de adicciones

Es imprescindible manejar correctamente la gestión adaptativa del estrés como parte del tratamiento de adicciones. Para administrar nuestra respuesta ante el estrés de forma saludable es fundamental en primer lugar saber identificarlo. Nos preguntaremos qué podemos hacer al respecto y diseñaremos una estrategia apropiada de afrontamiento.

En la gestión del estrés intervienen dos factores: la persona y el contexto biopsicosocial. De la interacción entre dichos elementos surge el estrés y también condicionan su administración. Gestionar apropiadamente el estrés implica desarrollar intervenciones específicas e individualizadas para cada persona. Por ejemplo, aprender a comunicarnos de manera asertiva o gestionar adecuadamente el tiempo de ocio disminuirá el nivel de estrés.

El tratamiento generalizado de estrés frente al consumo de drogas pasa por controlar los biorritmos de forma adecuada, intentando que el paciente reponga una adecuada higiene del sueño y alimentación. Por ejemplo, dormir de 7 a 8 horas, una alimentación saludable y la práctica de ejercicio físico diario disminuyen enormemente el estrés. En Ivatad también utilizamos el yoga, la relajación o técnicas mindfulness para contrarrestar el estrés y la sintomatología de las personas con adicciones. Si necesita más información póngase en contacto con nosotros en el 617846402.