La adicción a las series y el Binge-Watching

Una pareja con adicción a las series viendo la televisión

La adicción a las series es una modificación del comportamiento relacionado con la visualización compulsiva de contenidos multimedia. Este fenómeno, denominado Binge-Watching, no es excesivamente novedoso. De hecho, hace algunas décadas ciertas telenovelas consiguieron una gran popularidad entre el público y desataron un comportamiento similar. Todo el mundo esperaba con ilusión la emisión del próximo capítulo de la serie televisiva del momento.

Sin embargo, en los últimos años, han cambiado drasticamente los géneros televisivos y los medios de ofrecer el entretenimiento. Con la aparición del streaming y el crecimiento de internet, la adicción a las series y el comportamiento compulsivo de visualización de contenidos resultan cada vez más frecuentes.

El origen de la adicción a las series: las telenovelas

Cuando la televisión empezó a despegar (a mediados del siglo pasado) fue adquiriendo un espacio ocupado por la radio. La novela en formato de serie tiene su origen precisamente en la radio, que ofrecía habitualmente contenidos por capítulos. Sin embargo, la televisión se convirtió en el medio preferido de la audiencia para consumir estos contenidos. La industria se readaptó y las novelas radiofónicas emitidas por capítulos fueron reemplazadas por las denominadas telenovelas, prinicpalmente en horario de sobremesa.

En aquella época encontrábamos fundamentalmente telenovelas producidas en América latina y telenovelas americanas. Las telenovelas latinoamericanas ofrecían generalmente contenido de corte dramático. Narran una sola historia (acotada en el tiempo) y tienen una duración aproximada de un año. Sin embargo, las telenovelas americanas desarrollan diferentes historias simultáneamente, lo que conducen a nuevos escenarios en la trama. Además, las telenovelas americanas no suelen estar acotadas en el tiempo (aunque suelen ser más breves) pero ofrecen la posibilidad de encadenar sucesivas temporadas.

Una de las características que convierte un programa televisivo en telenovela es esa forma de televisión que funciona con una continua narrativa abierta. Cada episodio termina con la promesa de que la historia continuará en el siguiente episodio (A. Morán).

A medida que se producían grandes cambios sociales también cambiaron los géneros de las telenovelas y su horario de emisión. De hecho, surgen entonces las franjas horarias, como el “prime time” (horario estelar) o el horario de máxima audiencia. Canción Triste de Hill Street, Dallas o Falcon Crest, cautivaron a millones de personas de todo el mundo en cuestión de poco tiempo. La adicción a las series había llegado sin apenas darnos cuenta.

La televisión a través de internet

Con la aparición de la televisión por cable, la expansión de internet y la tecnología, la adicción a las series va adquiriendo relevancia en las últimas décadas. Diferentes empresas de entretenimiento, como Netflix (1997) o HBO (1972), adaptaron sus servicios para convertirse en plataformas digitales de televisión a través de internet.

Cabe mencionar que ciertas plataformas de distribución de contenidos dieron instruccionese empleados y personas de la industria (actores incluidos) para evitar a toda costa el término Binge-Watching (2013). Esta “prohibición” indicaría que hacer un uso inadecuado de las series de televisión es totalmente posible.

Un grupo de amigos viendo series de televisión
La adicción a las series implica el consumo compulsivo de contenidos ofrecidos por capítulos.

Aunque actualmente nos parezca descabellado, no es descartable encontrar en un fúturo mensajes como “visualice esta serie con moderación”. Esto ha pasado con el alcohol, las apuestas deportivas o el tabaco. De la misma forma que es aconsejable beber con moderación o apostar con responsabilidad, debemos disfrutar de las series de forma saludable.

No obstante, las adicciones comportamentales no están contempladas en el DSM-5 (a excepción de la ludopatía y la adicción a los videojuegos). Por lo tanto, en sentido estricto, la adicción a las series como tal no existe.

¿Por qué son tan adictivas las series?

Para comprender esta nueva “adicción” tenemos que entender las series como las telenovelas de antaño. Obviamente, el contenido y el género son factores primordiales que determinan la capacidad de una serie de televisión para enganchar a la audiencia. Las series que más disfrutan millones de personas manejan géneros como el misterio, la comedia, la acción y la ciencia ficción. Pero habitualmente, las series de mayor éxito están enmarcadas en el género melodramático. Las series románticas con historias de amor (aunque aparezcan de forma encubierta como parte de la trama) y las series de héroes y villanos, son las que más venden.

Dicho esto, encontramos otro aspecto que determina enormemente la adicción a las series: la forma de ofrecerlas. El streaming (contenido servido instantáneamente a través de internet) es actualmente la principal vía por la que accedemos a las series de televisión. Antiguamente, las series se entregaban diaria o semanalmente a través de la televisión. Hoy podemos acceder a todos los capítulos de una serie de forma inmediata. Es decir, puedes ver una serie completa de forma ininterrumpida, una especie de atracón de capítulos.

El streaming permite ver los capítulos de forma consecutiva, sin límites y sin pausa. Desde cualquier dispositivo con internet puedes acceder a tu serie favorita y visualizarla sin interrupción. Este mecanismo (además del propio contenido) hace que algunas series sean potencialmente tan adictivas.

Analogía con las drogas y el juego: adicto a las series

Podríamos decir que ser adicto a las series es similar a ser adicto a las drogas o el juego. En cierto modo, las series son parecidas a las máquinas tragaperras: luces llamativas, sonidos envolventes y la posibilidad de ganar un premio atractivo (la resolución de la trama). Si a esto le añadimos la inmediatez con la que puedes jugar otra partida (ver el siguiente capítulo) la gratificación está garantizada. Conseguir con rapidez lo que deseas resulta muy estimulante. Este mecanismo repetido constantemente es el que determina la adicción. Por lo tanto, podríamos decir que ver series de forma compulsiva es parecido a estar tomando drogas.

Conseguir con rapidez lo que deseas resulta muy estimulante. Gracias al streaming, la inmediatez con la que puedes descargar o ver el siguiente capítulo de una serie condiciona el desarrollo de la adicción.

En la medida en que obtenemos gratificación al visualizar una serie, el cerebro aprende esa conducta. Es decir, nos pedirá más cuanto más lo hagamos. A nivel molecular el cerebro cambia fisiológicamente cuando vemos muchos capítulos de forma consecutiva; igual que cuando juegas a las máquinas tragaperras. La activación constante del núcleo accumbens, la amígdala o el hipocampo determina nuestra conducta. Algo similar a lo que ocurre con el alcohol, la cocaína o el juego: cuando empiezas a percibir el efecto perjudicial ya estás enganchado.

Las consecuencias de la adicción a las series

La principal consecuencia de la adicción a las series es la afectación de la salud mental, física y social del seriófilo. En primer lugar, el visionado compulsivo de contenidos multimedia suele darse en reposo. Esto es válido tanto para la adicción a las series, como para la adicción a las redes sociales, la adicción a internet y otras adicciones comportamentales.

Cuando nos habituamos a ver muchos capítulos de forma consecutiva, nuestro estilo de vida se convierte en sedentario. Las personas afectadas pasan mucho tiempo sentadas, en el sofá o en la cama, por lo que son más susceptibles de sufrir patologías cardíacas. También favorece la obesidad y una mayor probabilidad de sufrir accidentes cerebrovasculares. Además, solemos hacerlo en compañía de alimentos poco saludables. Las palomitas, las pipas o los snacks tienen un alto contenido en sal, alimentos que aumentan la tensión arterial. Por último, también aumentará el riesgo de padecer arterioesclerosis o trombosis si nuestra dieta es rica en grasas.

Uno de los aspectos más contraproducentes del Binge-Watching es la ruptura del ciclo del sueño. Ver series de forma compulsiva puede afectar al ritmo circadiano y disminuir las horas de sueño. En consecuencia, puede provocar fatiga, pérdida de memoria y disminución de la productividad.

Cabe destacar que, el consumo compulsivo de series lo hacemos habitualmente en solitario. Esto puede causar desconexión social y deteriorar tus relaciones. Por lo tanto, el visionado de series por capítulos en exceso puede provocar aislamiento social. Por último, la consecuencia más extrema del Binge-watching puede provocar un estado de recreación fantasiosa del contenido que afecte a tu salud mental.

¿Es peligroso ver muchas series de televisión?

La respuesta a esta pregunta es radicalmente no. Ver series de televisión es una actividad agradable, una forma de gestionar el ocio, descansar o desconectar de la rutina. Es decir, ver series con moderación puede resultar saludable. Sobre todo, debemos respetar las horas de sueño y evitar los alimentos ricos en sal cuando vemos series de televisión. Por supuesto, el alcohol y el tabaco también debemos evitarlos. De esta forma, podremos disfrutar de forma saludable de nuestras series favoritas, de la misma forma que disfrutamos leyendo un libro o practicando deporte. Resumidamente, ver series puede resultar entretenido y divertido. Si te ha interesado este artículo quizás quieras leer cómo saber si soy adicto a las series.